
Un dia sabado, con mi hijo Bernardo, estamos como siempre jugando y hablando, muchas personas a esto le dicen maduración temprana, no sé, pero que importa, lo buen o es que ya me reconozca, al llegar a mi casa luego de mi trabajo siempre en frente, al verme tira directamente un mensaje, la sonrisa, en ella como dice mi novia se refleja todo sentimiento que me tiene y nos tiene, eso nos fortalece a diario.
Cada día que pasa está creciendo y aprendiendo más cosas que no nosotros a veces no esperamos, esta es la etapa en la que todo lo que toca está llevando a la boca, pensamos, esta bien, viendo ese detalle la abuela digna le comprado un caballito, no recuerdo el material, pero bueno, se la pasa jugando casi todo el día.
El mejor momento que da él es después del baño, en donde su mama cuidadosamente le lava cada parte de su delicado cuerpo, sonriendo no la mira, sino que parece que mira quiere mira por él cuando se está bañando, luego de eso, sus mama le lleva a la cama; empieza a gritar a los siete vientos, eso nos sorprende, es genial verlo asó, en lo personal es el mejor momento del día, cuando me acerco a él, soplo un aire fresco de mi boca para su cuerpo con ello empieza a gritar nuevamente, lo hice, enseguida su mirada nuevamente se concentra en mi boca esperando otra vez que lo haga y lo hago consiguiendo nuevamente que grite.
Es increíble ver al niño que crece, a veces me pregunto si mi padre fue así conmigo, tal vez lo haya sido, con eso también me pregunto, cuando crecemos lo sabemos lo que nos espera a nosotros los padres, viendo que desde pequeños a nuestros hijos estamos cuidándolos que no le pase nada, que alguna cosa anormal que no lo haga, pero luego, al crecer y teniendo en cuenta nuestros vida, a nuestros padres hacemos a un lado, vemos como dice mi madre cuándo tenemos ya los compromisos así como situación
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